Gloria en el Limbo

¿Infierno o Paraíso?

vendredi, novembre 24, 2006

Todo comenzo con una herida en la pared, un objeto a la vista no identificado, una marca de origen dudoso, roncha, desconchon, cicatriz amarillenta de otras manos q no son las nuestras, y desde entonces, calle cochino es un hogar y al mismo tiempo una piscina de invierno.
Gota a gota, el agua se filtra a nuestras espaldas sin q podamos hacer nada para controlar el rio q se nos viene encima, esperemos q la caida no sea demasiado brusca, ni el diagnostico irremediable.
Mientras tanto, nos apanamos con cubos vacios, trapos secos y fregonas... nos reimos de lo facil q es quedarse con nosotras...
Lo peor, cuando fui a mi armario y lo encontré lleno del liquido primigenio, calaba por todos los rincones, por todas las mangas de las camisas y los cuellos de los jerseys.
No hay lugar a donde este elemento no alcance, cuanta es su fuerza en esta fria ciudad, donde la electricidad es tan cara q nos tenemos q conformar con mantas, edredones y un enchufe por cabeza. Si encendemos mas, la luz nos abandona y debemos volver al regimen medieval de los candelabros y a contar historias para pasar la noche. Si, romantico pero poco practico en este nuestro nuevo siglo.
Al menos, uno de mis suenos se cumplio!! veo, oigo, las campanas de la catedral y noto la constante melodia de las gotas de lluvia sobre mi cabeza, a veces, me doy golpes en la cabeza con el techo inclinado y cuando me asomo por la ventana se me hielan los dedos por el frio y la altura. Necesitaria una maceta con flores, pero no duran mucho tiempo en esta ciudad.
Ahora bien, cada vez q oigo la lluvia, me reconcome la idea de q puedo empezar a inundarme, debo convertirme en sirena para poder sobrevivir a la debacle de este tiempo; aun estamos en noviembre y pronto saldran ranas debajo de mi enorme cama.
Mientras tanto, la ropa guardada en la maleta, me compro sabanas de franela en rebaja y velas para pasar la noche sin problemas y me levanto con la esperanza, cada dia, de q un rayo de sol seque un poco mis zapatos y mis medias a rayas; pero ya no lloro. Me apoyan las dos piedras, ahora bautizadas como Gusiluz Grunge (GG) y Arabesca (A) Confio en ellas, me lo paso bien con ellas, anoche con unas cuantas botellas de lambrusco encima, dejé q me cortaran el pelo y me dibujaran, puede q esto sea lo mas parecido q llegue a tener a un hogar y a una familia, al menos aqui.
Mi flequillo nuevo se rebela por la humedad y pronto acabare con el pelo rizado como la pequena Momo. Espero q con tanto frio q se avecina, al menos, no tenga problemas dentro de mi nuevo hogar, a pesar de las goteras y los examenes q se avecinan.

Todo comenzo con una herida en la pared, un objeto a la vista no identificado, una marca de origen dudoso, roncha, desconchon, cicatriz amarillenta de otras manos q no son las nuestras, y desde entonces, calle cochino es un hogar y al mismo tiempo una piscina de invierno.
Gota a gota, el agua se filtra a nuestras espaldas sin q podamos hacer nada para controlar el rio q se nos viene encima, esperemos q la caida no sea demasiado brusca, ni el diagnostico irremediable.
Mientras tanto, nos apanamos con cubos vacios, trapos secos y fregonas... nos reimos de lo facil q es quedarse con nosotras...
Lo peor, cuando fui a mi armario y lo encontré lleno del liquido primigenio, calaba por todos los rincones, por todas las mangas de las camisas y los cuellos de los jerseys.
No hay lugar a donde este elemento no alcance, cuanta es su fuerza en esta fria ciudad, donde la electricidad es tan cara q nos tenemos q conformar con mantas, edredones y un enchufe por cabeza. Si encendemos mas, la luz nos abandona y debemos volver al regimen medieval de los candelabros y a contar historias para pasar la noche. Si, romantico pero poco practico en este nuestro nuevo siglo.
Al menos, uno de mis suenos se cumplio!! veo, oigo, las campanas de la catedral y noto la constante melodia de las gotas de lluvia sobre mi cabeza, a veces, me doy golpes en la cabeza con el techo inclinado y cuando me asomo por la ventana se me hielan los dedos por el frio y la altura. Necesitaria una maceta con flores, pero no duran mucho tiempo en esta ciudad.
Ahora bien, cada vez q oigo la lluvia, me reconcome la idea de q puedo empezar a inundarme, debo convertirme en sirena para poder sobrevivir a la debacle de este tiempo; aun estamos en noviembre y pronto saldran ranas debajo de mi enorme cama.
Mientras tanto, la ropa guardada en la maleta, me compro sabanas de franela en rebaja y velas para pasar la noche sin problemas y me levanto con la esperanza, cada dia, de q un rayo de sol seque un poco mis zapatos y mis medias a rayas; pero ya no lloro. Me apoyan las dos piedras, ahora bautizadas como Gusiluz Grunge (GG) y Arabesca (A) Confio en ellas, me lo paso bien con ellas, anoche con unas cuantas botellas de lambrusco encima, dejé q me cortaran el pelo y me dibujaran, puede q esto sea lo mas parecido q llegue a tener a un hogar y a una familia, al menos aqui.
Mi flequillo nuevo se rebela por la humedad y pronto acabare con el pelo rizado como la pequena Momo. Espero q con tanto frio q se avecina, al menos, no tenga problemas dentro de mi nuevo hogar, a pesar de las goteras y los examenes q se avecinan.

lundi, novembre 13, 2006

La luz era perfecta, la adecuada de un domingo al atardecer invernal y las vistas, un privilegio, reservado a los q poseen estabilidad y carecen de vérigo; yo, por supuesto, me sentia insegura a esa altura, pero el cristal guardaba mi frente y mis miedos. Una mano amiga me distancio de mis pensamientos oscuros y me acerco al grupo, todas sonreimos a pesar de nuestras dudas y el flash nos hizo justicia.
Ese instante podia haber sido eterno, entonces yo estaria siempre sonriendo, rodeada de otros ojos vivos y con una puesta de sol de fondo. Sin embargo, en la imagen digital, nuestras sonrisas parecian mascaras y las pupilas eran casi negras, sin brillo, sombras y contraluz impedian nuestros rostros y las vistas divinizadas se nublaban en el horizonte.
De nuevo, apoyada en el mirador, con la ciudad bajo mis pestanas, mi mirada surcada de caminos, de gente, de colores, de claroscuros, paseantes q disfrutaban de los ultimos rayos del dia y ninos con sus padres, abrazos. Entonces, pensé q alguna vez podria haber llegado a ser feliz, pero ahora?
En ese momento dudé y me apetecio por una milesima de segundo hacer de ese instante magico una eternidad, entonces, no tendria malos recuerdos, ni remordimientos, y todos me recordarian como la q emulo la foto de Yves Klein.
Sin embargo, soy cobarde y ese dia, al menos, no estaba en uno de mis solitarios paseos; mis pasos me condujeron hasta el grpo y todo continuo con una cansina normalidad, aqui la llaman "flânerie".
Los ultimos rayos de noviembre desaparecieron entre las siluetas de las chimeneas, aun apagadas y un velo de bruma blanca, victoriana, complice de los mendigos de esta ciudad, oculto el horizonte y mis pupilas se agrandaron por la oscuridad.
Podria haber aprovechado la oportunidad...
Ahora las sombras pueblan mi camino, se hace largo el viaje y sigo dudando.
Merece la pena esto, si solo recibo a cambio unas muestras de arte muerto y una efimera puesta de sol? Espero, q cuando asome mi mirada por el tragaluz, encuentre distintas respuestas a las de ahora.